Los objetivos de un PLAN DE VUELO no puede ser la mera competición y aunque ya he dado mi opinión en varias ocasiones, creo que debo insistir en ello porque un plan de vuelo deber ser algo más:
Porque así, hasta hoy, la mayoría de los planes de vuelo se han confeccionado para satisfacer a grupos determinados que, aunque están en su perfecto derecho y legitimidad, no se corresponde, en la mayoría de los casos, con lo que beneficia a la mayoría de los colombófilos y a la propia colombofilia canaria.
Aunque hemos de reconocer que las sueltas desde la Costa Occidental de África han sido un avance y un reto en la colombofilia canaria, especialmente las de distancias a partir de los 600 kilómetros, también es cierto que se han hecho trampas, se han enviado palomas sin las debidas garantías, se han rellenado cestas con un número excesivo de palomas, Y NUNCA SE HAN QUERIDO PONER LOS CONTROLES DEBIDOS, para garantizar que las palomas comprobadas han llegado por sus propios medios desde el punto de suelta al palomar.
Y si SE HAN HECHO TRAMPAS porque creo que es sabido y conocido por la mayoría, incluso casos concretos y NO SE HA QUERIDO PONER CONTROLES, algo me descuadra.
Un plan de vuelo, a la vez que debe propiciar la competitividad, debe ser accesible a una mayoría, tanto en cuanto al número de palomas disponibles para concursar, como al tiempo de dedicación a la campaña, el aspecto económico y otros.
En Canarias en general y Tenerife en particular, los planes de vuelo deben contemplar puntos de suelta en la dirección de los siguientes puntos y especialmente orientados a la dirección en la que se van a llevar a cabo las sueltas de fondo y gran fondo. Desde mi punto de vista, viajar en direcciones opuestas en la misma campaña, no es adecuado por diversos motivos.
No debe haber sueltas dobles y menos triples, por varias razones: Porque mengua las posibilidades de elegir palomas competitivas a los palomares pequeños, porque caso de darse mal las sueltas se incrementan las pérdidas y porque se presta a errores en las recogidas en los Clubes cuando se lleva a cabo en los mismos días y horas.
Los puntos de suelta deben señalarse de forma progresiva y no dando saltos en el espacio muy bruscos, para que las palomas vayan conociendo las rutas y un mejor sistema de llegar a los palomares sin que se produzcan pérdidas significativas.
Los puntos de suelta deben reunir unas mínimas condiciones de aparcamiento de los vehículos de transportes y facilitar cierto confort a los soltadores.
Cundo un punto de suelta, en reiteradas ocasiones, la recepción no se corresponde con la distancias y se dan pérdidas excesivas, se debe quitar en los planes de vuelo sucesivos. Sin embargo, el que en una ocasión se haya dado mal una suelta, no debe tener mayores consecuencias que la observación en sueltas en sucesivas campañas.
Para valorar las recepciones desde los distintos puntos de suelta, se ha de tomar debida nota de todos los aspectos que han podido incidir negativa o positivamente: Distancia, horas de suelta, tiempo meteorológico, número de palomas enviadas, número de palomas recibidas, etc. etc. y a partir de un número de sueltas suficientemente relevante para que los datos puedan ser fiables. Se ha de tener en cuenta que, en muchas ocasiones, en la misma suelta, dándose mal a los palomares de una determinada zona geográfica, sin embargo se ha podido haber dado bien en otra zona.
Un plan de vuelo debe contemplar un número importante de sueltas desde el punto más próximo a los palomares, antes de iniciar sueltas de puntos más alejados, de tal forma que, al menos, permita que la totalidad de las palomas hayan podido dar, al menos, dos sueltas desde esos puntos próximos.
Un plan de vuelo debe contemplar un teórico equilibrio, entre sueltas de velocidad, sueltas de medio fondo, sueltas de fondo y sueltas de gran fondo ,de tal manera que pueda satisfacer, en la medida de los posible, a velocistas y fondistas. Entendiendo que las sueltas de los colombófilos de Gran Canaria y de Tenerife, solo pueden competir, soltando desde las islas, en velocidad y, en algunos casos de medio fondo.
Un plan de vuelo se debe procurar desarrollar entre la primera quincena de marzo y la segunda quincena de julio, ya que la meteorología fuera de esas fechas, puede afectar severamente a las palomas, así como la muda, tanto al completarla a principio de campaña, como a la pérdida de remeras terminando la misma. Aunque es evidente que el tiempo no es algo fijo y que la muda depende, al comienzo, en la época de nacimiento de los pichones y al final, el sistema que se utilice y el comienzo y mantenimiento del mismo.
Tanto los puntos de sueltas, como el número de ellas, deben respetar los acuerdos habidos con AESA/AENA en evitación, en la medida de los posible, de la invasión de nuestras palomas del espacio aeroportuario.
Y por último pero muy relevante, es que un plan de vuelo debe contener un número de sueltas adecuado y no excesivo, que permita que, al final de la campaña, pueda quedar un número aceptable de palomas para la siguiente campaña, sin necesidad de sacar cada año un importante número de pichones con el consiguiente gasto económico, tiempo y menores garantías de éxito en las siguientes campañas.
Los planes de vuelo deben contribuir a MOTIVAR a los participantes, especialmente a los palomares pequeños e iniciados y no a DESMOTIVAR a una mayoría que, por diferentes motivos, han de abandonar campaña tras campaña, sin terminarla.
Por otra parte, los planes de vuelo han de ajustarse a la normativa ESTATUTARIA Y REGLAMENTARIA de la Federación a la que los Clubes participantes estén adscritos y a las circunstancias legales que los determinan.
juan reboso