En muchas ocasiones me he referido a los planes de vuelo que, habitualmente, diseñamos en Canarias y muy especialmente en Tenerife. No hace mucho hablaba de la necesidad de racionalizar los planes de vuelo y a mi comentario aportaron mucho algunos compañeros y muy especialmente Cheyén que, incluso, adjuntó algunos artículos de investigación.
En estos días he podido ver un plan de vuelos de un Club para la próxima campaña y parece casi calcado de los habituales: Excesivamente largo, con varias sueltas dobles y hasta triples, sin un hilo de conducción de las sueltas de velocidad con las de fondo y otros aspectos a mi juicio negativos.
Con estos planes de vuelo se consigue:
1. Perder muchas palomas con lo que cada temporada, en la mayoría de los palomares, apenas quedan palomas para volar como adultas en la siguiente campaña.
2. Quemar a buenas palomas a las que, aún sin llegar a ser adultas, las sometemos a duras pruebas.
3. La necesidad cada año de sacar muchos pichones que, en algunos casos, suelen masificar los palomares con los consiguientes problemas de alimentación y salud.
4. Se favorece a los palomares grandes frente a los pequeños que o bien han de reducir el número de palomas a enviar para competir o bien han de retirarse antes de finalizar la campaña.
5. Reducir sensiblemente el porcentaje de recepción en los fondos y grandes fondos a los que, generalmente, se envían palomas que, de forma reiterativa, se han volado en dirección distinta a la que han de hacer desde las largas distancias.
6. Encarecer una campaña a los que muchos compañeros han de hacer frente con muchas dificultades económicas y que pueden limitar su participación.
7. La frustración de muchos colombófilos que terminan aburriéndose de la colombofilia.
Ciento veinte años de colombofilia y ni la experiencia propia, ni la experiencia ajena, ni los trabajos científicos de investigación, parece haber servido para que, en Canarias, hayamos aprendido algo.
juan reboso.