En estos últimos tiempos hemos podido ver como muchos compañeros colombófilos nos han ido dejando. Es evidente que desde que nacemos empezamos a morir y que la vida solo es posible porque existe la muerte.
Es verdad que la mayoría de los colombófilos en Canarias somos personas mayores y que, por lo tanto, estamos muy cerca de la muerte que puede llegarnos cualquier día.
En mi caso he cumplido años suficientes como para estar muy próxima mi despedida definitiva. Es algo que asumo con naturalidad y sin estridencia alguna.
En este mundo colombófilo he recibido muchos apoyos, pero también he recibido amenazas, difamaciones, desprecios, insultos y faltas de respeto. Recientemente, un colombófilo palmero, en un grupo de WhatsApp me decía que yo hacía tiempo había perdido la dignidad y ni uno solo de los cerca de sesenta participantes fue capaz de desmentirle.
Esa misma persona se dio de baja de aquel grupo de WhatsApp porque, en defensa de irregularidades por parte de un amigo, me limité a exponer lo que, al efecto, decía la normativa, sin añadir opinión alguna.
Se me ha declarado persona non grata por el daño que he hecho a la colombofilia y la han apoyado personas a las que he tenido en estima y cuando se lo he reprochado, han dicho que he dicho lo que nunca he dicho.
Me he involucrado en defensa de la colombofilia y en este momento estoy participando un tema ilusionante, pero cuando esté encaminada tal vez me retire definitivamente, porque soy consciente que he estado equivocado. No ha merecido la pena.
Tal vez, como viene sucediendo, cuando muera se diga que era una buena persona, como se dice de todas los muertos. Ni entonces, ni ahora, me importa, porque siempre, siempre, lo único que he pretendido y pretendo es SER UNA PERSONA DECENTE.
juan reboso.